martes, 3 de julio de 2018

EL VAGABUNDO Y LA LUNA

Érase una vez un extraño hombrecillo que moraba entre las sombras de una ciudad. Prefería la noche al día y al alba, se acomodaba sobre los tejados más mullidos de la capital. La gente, que no conocía nada de él acostumbraba a susurrar a su espalda mientras el hombrecillo dormía, ajeno a los demás.
¡Pobre vagabundo! se lamentaban los más bondadosos ¡Qué vida tan desgraciada tendrá! 

A aquel extraño vecino le acompañaba siempre un gato, lleno de tantas manchas que parecía vestido de lunares, y ¡hasta unas botitas blancas parecía calzar!
Poco más poseía aquel hombre, salvo una pequeña flauta que le alegraba las noches, mientras todos dormían y él despertaba sin embargo, era el hombre más rico de la ciudad.
Cuando la ciudad dormía todo se tornaba de paz y tranquilidad por las calles y recovecos de aquel lugar. Solo un pequeño hombrecillo y su gato de cien manchas, permanecían en aquel momento con los ojos abiertos. Aquel vagabundo hacía entonces sonar su flauta llenando las avenidas de alegría, color y magia. Sentado a los pies de la mismísima luna, cada noche silbaba el músico al viento todas las melodías que recordaba.

¡Qué dichoso y afortunado me siento aquí sentado! comentaba a menudo el músico acariciando a su curioso y pintoresco gato.
Arropadito por un buen manto de estrellas, tocaba y tocaba sin darse cuenta la noche entera, y cuando todos comenzaban a despertar volvía junto a su gato a buscar tejados mullidos donde poder reposar.
Así una y otra vez hasta que acabase el día, y la noche y la música tuviesen de nuevo lugar.

FIN

Aqui se encuentra el cuento en PPT: EL VAGABUNDO Y LA LUNA 

0 comentarios:

Publicar un comentario